Aquella loca forma de ser… el estilo de gobierno de Milei bajo la lupa

Delirocracia y Alienarquía: el estilo de gobierno de Milei bajo la lupa

Desde que Javier Milei asumió la presidencia, tanto él como su administración cayeron bajo la lente del microscopio y se empezó a analizar su psique, desde aquella situación en la que supuestamente hablaba con su mascota fallecida, hasta otras escenas disparatadas o incongruentes con la administración de un país. No pueden pasarse por alto muchas reacciones del presidente con una "vehemencia" inusitada. En su momento, eran percibidas como extravagancias y no pasaban de ahí; pero sus constantes"vehemencias" pueden llevar a una preocupación más profunda. Y lo más grave es que no solamente las comete el mismísimo presidente, también lo hace su entorno, su contexto y muchos de sus colaboradores al gestionar el gobierno de la Nación.

Aquel Síndrome de Hubris, acuñado por el neurólogo David Owen, comprende:

  • Megalomanía: creerse destinado a grandes cosas
  • Pérdida de contacto con la realidad: vivir en una burbuja de aduladores
  • Desprecio por las consecuencias: sentirse por encima de las reglas
  • Obsesión por la imagen: preocuparse más por la percepción que por los resultados
  • Impulsividad extrema: tomar decisiones sin consultar

Puede relacionarse con la situación actual, ya que aquel mencionado síndrome describe cómo el poder excesivo genera una arrogancia patológica enlos líderes.

Y es acá cuando el síndrome roza las distintas actitudes del Presidente y cómo se comporta ante la sociedad. Si fuera en su ámbito privado, vaya y pase, pero cuando se trata de cuestiones que afectan a la administración de un país, ya es distinto. Las consecuencias, los daños colaterales, pueden afectara todos los ciudadanos.

Días atrás, se mencionaron en los medios de comunicación dos noticias que llaman la atención una vez más: el dress code para periodistasacreditados en la Casa Rosada, susceptibles de ser suspendidos de la salade prensa si no vistieran acorde a las formas; y otro hecho reciente, aún más simbólico: el presidente Milei le negó el saludo al Jefe de Gobierno de laCiudad de Buenos Aires y a la vicepresidenta de la Nación durante el Tedeum en la Catedral Metropolitana, un gesto que luego justificó al compartir en redes la frase: "ROMA NO PAGA TRAIDORES".

Encuentro tenso entre figuras políticas: el dilema del poder y la reconciliación

Entonces, cuando el gobierno exige traje y corbata a los periodistas acreditados y el presidente se rehúsa a saludar a figuras institucionales clave en un acto litúrgico de relevancia nacional, surge el diagnóstico de un gobierno con su salud mental desequilibrada. Entre el protocolo obsesivo y la teatralidad épica, se despliega completo el espectro de lo que podríamos llamar un gobierno denominado "Delirocracia" o "Alienarquía".

¿Qué significan estos términos? Aquel gobierno administrado por locos es un régimen que gobierna con la pasión desenfrenada de quien cree que el mundo essu teatro personal, pero olvida sistemáticamente que los espectadores son ciudadanos reales cuyas vidas no admiten ensayos. Es una administración que aplica soluciones de cirugía con bisturí de manteca, que diagnostica epidemias donde hay resfríos y receta aspirinas para hemorragias sociales. Gobiernan convencidos de su genialidad mientras construyen escaleras hacia el sótano y proclaman haber descubierto nuevos horizontes. En su lógica impecable pero delirante, cada fracaso es prueba de que el mundo aún no está listo para su visión, y cada éxito accidental confirma que son incomprendidos visionarios del futuro.

Delirocracia tiene esa fuerza de la convicción absoluta: el delirio implica una creencia férrea en algo que no se corresponde con la realidad. Es más activa, más... entusiasta en su locura.

Alienarquía es más sutil y profunda: habla de una desconexión fundamental, de gobernantes que están "alienados" dela realidad que pretenden administrar. Tiene un toque más melancólico, casi existencial.

Dos estilos de liderazgo político: confrontación y aislamiento

Podríamos decir que:

  • La Delirocracia es cuando los locos gobiernan con pasión.
  • La Alienarquía es cuando los desconectados gobiernan desde su burbuja.

Ambas capturan aspectos diferentes de ese "teatro donde los espectadores son reales" que mencionábamos. Una desde la intensidad del delirio, otra desde la frialdad de la desconexión.

El gobierno actual oscila y combina ambas dinámicas:

  • Delirocracia, en esos momentos de convicción fanática, declaraciones grandilocuentes, las "batallas culturales", esa pasión mesiánica con la que se presentan las medidas más drásticas.
  • Alienarquía, en esa desconexión evidente con la realidad social cotidiana, con políticas que parecen diseñadas en un laboratorio teórico sin contacto con el territorio real.

No son excluyentes, sino que se complementan: la Delirocracia como método (la pasión del convencido) y la Alienarquía como resultado(la desconexión inevitable). Es un gobierno que alterna entre ambos enfoques:desde las batallas ideológicas y las promesas grandilocuentes, hasta la desconexión con problemas cotidianos mediante políticas que ignoran el territorio real.

Aquellos dos eventos mencionados comprenden estos dos neologismos (si seme permite utilizarlos): El dress code para periodistas es pura Alienarquía, una obsesión por la forma completamente desconectada de los problemas reales. Y el desaire en el saludo durante el Tedeum representa la Delirocracia más clara: una muestra de teatralidad, egocentrismo simbólico y desprecio institucional que alimenta lanarrativa del delirio de poder.

Acá se conjuga el Síndrome de Hubris como el "motor psicológico" que alimenta tanto la Delirocracia (la convicción mesiánica) como la Alienarquía (la desconexión conla realidad).

Entonces, a partir de lo desarrollado, me surge la preocupación desde cualquiera de estas dos novedosas (e inéditas) formas de gobierno: ¿qué significa para la democracia argentina, para la relación gobierno-sociedad y cómo está en juego la institucionalización de la Nación?

No se trata de una opinión partidaria ni detractora. Se trata de un análisis del fenómeno político que significó el surgimiento de Milei dentro dela política argentina como el outsider anti casta que llegara a ser Presidente de la Nación Argentina. A partir del análisis de numerosos hechos acontecidos durante estos casi dos años de gobierno, busco generar una crítica inteligente, susceptible de llamar la atención a la dirigencia política, con el solo y único objetivo de la búsqueda de bienestar para el ciudadano de apie.

La vida cotidiana frente al contexto político

Ese ciudadano que no le importa si van de bermudas a la conferencia de prensa, si el Presidente cree que se encuentra en una Comic Com o si el asesor estrella fue devorado por el personaje de Peaky Blinder que le hicieron creer.Al ciudadano solo le importa si llega a fin de mes, si tiene trabajo, si puede ahorrar, si no necesita sostener económicamente a sus abuelos. El ciudadano argentino es ambicioso pero simple a la vez: solo espera el domingo para su asado con amigos y familiares, cambiar su auto cada tanto y poder tomarse unos días de vacaciones.

Metáfora del poder y la teatralidad

No es delirio ni desconexión lo que necesitamos. Es gobierno.

…aquel loco ADN argento que llevamos todos

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