De Universo 25 a la Renta Básica Universal: ¿una sociedad sin propósito?

Introducción
En la década del 70, el etólogo John B. Calhoun diseñó un experimento perturbador: un aparente paraíso para ratones, con recursos ilimitados, espacio suficiente y sin depredadores. El proyecto, bautizado como Universo 25, se replicaba sobre modelos anteriores de Calhoun que ya habían demostrado resultados inquietantes. A pesar de las condiciones ideales, las sociedades de ratones colapsaban una y otra vez. La versión 25 fue la más emblemática: allí, la abundancia no derivó en prosperidad, sino en apatía, violencia, indiferencia y, finalmente, extinción.
Hoy, en plena revolución tecnológica impulsada por la inteligencia artificial, el recuerdo de aquel experimento vuelve a resonar con fuerza. ¿Qué ocurre cuando una sociedad ya no necesita trabajar para vivir? ¿Puede el confort extremo, sin propósito ni esfuerzo, devenir en decadencia? ¿Qué le ocurre al alma humana cuando se le quitan los desafíos esenciales?
Este artículo propone un recorrido desde los pasillos oscuros del Universo 25 hasta el brillante pero incierto porvenir de la Renta Básica Universal (RBU), preguntándonos: ¿qué nos hace humanos cuando ya no necesitamos hacer nada para sobrevivir?
- El experimento “Universo 25”: abundancia sin sentido

Entre 1968 y 1972, Calhoun creó un ecosistema artificial diseñado para eliminar todo factor limitante externo: los ratones tendrían comida, agua, espacio y temperatura ideales, además de protección contra cualquier amenaza.Ocho ratones iniciaron la experiencia.
La población creció rápidamente, pero hacia el día 315 comenzaron a registrarse cambios conductuales profundos: madres que abandonaban a sus crías, machos hiper agresivos o pasivos, episodios de violencia gratuita, y finalmente la aparición de los llamados “hermosos”: individuos que solo comían, se acicalaban y dormían.
La disminución de la natalidad no fue consecuencia de falta de recursos, sino de un colapso de los lazos sociales: las hembras dejaron de proteger a sus crías, los machos perdieron interés en el apareamiento, y se rompió toda estructura de cooperación.
Calhoun llamó a este fenómeno la pérdida de estructura social significativa, o en términos más amplios, sentido social: la percepción de que la vida individual tiene relevancia dentro de un entramado colectivo. Sin roles, sin cooperación, sin desafíos, la sociedad se vació de propósito y colapsó.
Como sostuvo Viktor Frankl en El hombre en busca de sentido:“La vida no se vuelve insoportable por las condiciones externas, sino por la falta de sentido.” En el Universo 25, la comodidad absoluta aniquiló la necesidad de vincularse y construir algo más grande que uno mismo.
2. La renta básica en elsiglo XXI: ¿utopía o trampa?

La Renta Básica Universal (RBU) propone otorgar a cada ciudadano un ingreso periódico, suficiente para cubrir necesidades básicas, sin condiciones de empleo ni prueba de carencias. Se distingue de los subsidios tradicionales por ser incondicional, universal y no contributiva.
Existen variantes:
- Renta básica parcial: monto que no cubre todas las necesidades.
- Renta básica negativa: propuesta por Milton Friedman, donde el Estado completa los ingresos bajos.
- Dividendo sicoiai: basado en la redistribución de rentas generadas por recursos naturales o tecnologías como la IA.
Promotores destacados como Rutger Bregman (Utopía para realistas) y Philippe Van Parijs defienden la RBU como una herramienta para:
- Erradicar la pobreza.
- Liberar a las personas para dedicarse al arte, el estudio, el cuidado.
- Acompañar la transición hacia un mundo donde el trabajo humano sea desplazado por la automatización.
La IA, según estos autores, acelerará esta transformación al reducir la necesidad de empleos tradicionales, obligándonos a repensar el valor del tiempo y del esfuerzo humano.
Aquí aparece el concepto de co-evolución cognitiva y mediación heurística: la IA no reemplaza al humano, sino que puede ser una herramienta para expandir su inteligencia, su creatividad y su propósito.
Sin embargo, surgen interrogantes esenciales:
- ¿Quién financiará la RBU? ¿Impuestos confiscatorios? ¿Emisión monetaria? ¿Redistribución tecnológica? ¿Puede el sistema sostenerse sin quebrar los incentivos a la producción?
- ¿Qué sucede con la cultura del mérito? ¿Desaparecerá el esfuerzo como valor social?
- ¿Es la RBU una liberación o una forma de control social? ¿Puede transformarse en un mecanismo de sometimiento bajo la apariencia de benevolencia?
Depender de un ingreso garantizado por el Estado o por una élite tecnológica ¿es verdadera libertad? ¿O es un camino hacia un nuevo tipo deesclavitud amable, donde se renuncia a la autonomía a cambio de seguridad básica?
3. El espejo de losratones: ¿qué nos dice sobre nosotros?

Aunque no somos ratones, el experimento Universo 25 actúa como un espejo deformante que nos advierte sobre un riesgo humano profundo:perder el propósito en un entorno de abundancia puede ser tan destructivo como el hambre.
La cuestión no es solo económica. Es existencial:
“¿Quién serías si no tuvieras que hacer nada?”
Byung-Chul Han, en La sociedad del cansancio, señala que la hiperabundancia contemporánea no nos libera, sino que nos extenúa: nos convierte en sujetos solitarios, narcisistas, desconectados, atrapados en un vacío de sentido. La falta de propósito puede llevar a la apatía, al aislamiento y, finalmente, a una sociedad sin proyecto colectivo.
El verdadero peligro de la RBU no es solo su viabilidad económica, sino su capacidad de vaciar el alma de un pueblo.
¿Puede una sociedad sobrevivir si ya no tiene nada que conquistar, que cuidar o que construir?
4. Propuestas para unnuevo contrato social
Si la inteligencia artificial y la automatización nos liberan del trabajo forzado, el desafío no será cómo sobrevivir, sino cómo vivircon sentido.
Un nuevo contrato social debería incluir:
- Educar para el propósito, no solo para la productividad. Revalorizar la filosofía, el arte, las humanidades, la historia.
- Fomentar comunidades activas. Voluntariado, cooperación, participación real en la vida pública.
- Reconocer nuevas formas de valor. Cuidado, escucha, juego, creación: actividades vitales para la salud social.
- Promover una economía del tiempo libre. ¿Usaremos nuestro ocio para crear comunidad, belleza, conocimiento? ¿O para hundirnos en el consumo anestesiante?
Estas preguntas no son retóricas. Son existenciales. De su respuesta depende si el futuro es una utopía de dignidad compartida o una distopía de soledad confortable.
5. ¿Estamos construyendouna sociedad de ciudadanos libres o de consumidores dóciles?
Bisagra hacia la conclusión
Si no reconstruimos un horizonte de sentido colectivo, podríamos repetir el destino de Universo 25: una sociedad saturada de comodidades pero vacía de humanidad. No se trata solo de diseñar sistemas económicos más justos, sino de preservar aquello que nos hace humanos: el deseo de dejar una huella, de pertenecer, de trascender.
La verdadera amenaza no es el hambre. Es el olvido del propósito.
Conclusión
La Renta Básica Universal y la Inteligencia Artificial abren una oportunidad histórica: liberarnos de la esclavitud del trabajo necesario. Pero esa libertad puede convertirse en condena si no reconstruimos el sentido profundo de vivir.
Como advirtió Viktor Frankl, “La búsqueda de sentido es la motivación primaria del ser humano.”
Sin ella, el confort más absoluto deviene en vacío. Y del vacío brotan la apatía, la violencia o la disolución social.
El desafío no es tecnológico, ni siquiera económico. Es existencial.
La pregunta no es si podremos vivir sin trabajar.
La pregunta es: ¿para qué querremos seguir viviendo?
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